domingo, 8 de julio de 2012

DESPACHO


En la época victoriana, la vida social era muy intensa, pero, al no disponer de teléfono ni los medios modernos de comunicación, las transacciones necesarias para cumplimentar todos los aspectos de las relaciones públicas de las familias se llevaban a cabo por medio de la correspondencia.
Así, mientras que las damas, desde sus escritorios, contestaban las invitaciones y se ocupaban de lo relacionado con sus hijos, los caballeros desde sus despachos, controlaban las cuentas de su casa y sus relaciones personales de negocios.


Los caballeros de la época victoriana disponían de sus despachos como de un ambiente muy privado en el que las damas no tenían lugar. los muebles eran recios e imponentes, hechos para durar, y las paredes se decoraban con papeles o pinturas de tonos apagados, muy clásicos. En el despacho no sólo se guardaban los documentos de la familia, sino también las posesiones personales más preciadas del dueño de la casa, como las pipas, el gramófono y la biblioteca.







(Referencia fascículo 5 de Casa de Muñecas)

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