EL CUARTO DE BAÑO
A pesar del espacio del que se disponía en las grandes mansiones victorianas, el cuarto de baño no existió como estancia independiente hasta la década de 1860, y aún entonces era exclusivo de personas consideradas un tanto excéntricas, porque defendían la limpieza corporal. En efecto, se creía que bañarse era pecaminoso, sobre todo para las mujeres; la gente, por lo general, se limitaba a lavarse la cara y las manos por las mañanas y sólo muy de tarde en tarde se instalaba una tina de zinc con agua caliente en el dormitorio para proceder a una limpieza más completa.
Así pues, el cuarto de baño es el más moderno de los equipamentos domésticos, el último en incorporarse plenamente a las viviendas, y hasta bien entrado el siglo XX, y en ciudades como Londres o París, todavía los vecinos de un mismo rellano compartían un baño común.
Los fabricantes de sanitarios del siglo XIX no tardaron en llegar a la conclusión de que la porcelana era el mejor material para la fabricación de estos muebles de cuarto de baño.
Los modelos más antiguos que se fabricaron estaban revestidos de madera y se consideraban el colmo del confort y eran enormemente populares.
Los water - closed nombre con el que hoy se conocen estas piezas, reciben el nombre del hecho de que, en las grandes casas victorianas, se instalaban en una habitación especial cerrada y no en el propio cuarto de baño. Así se preservaba la intimidad de la mejor manera.
(Referencia Casa de Muñecas, fascículos 8 y 32).
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